Ya no me encuentro preguntándome por qué. Por fin entiendo de una vez que es porque sí, porque te vi, te dejé entrar, cerré la puerta y te elegí. Porque me es imposible imaginar agonía más cruel, más aterradora que tu canto y mi danza alejándose, uno arriba del tren y otro en la estación. Tirando a matar, dándonos changüí, puro razonar, puro frenesí. Se escribe así nuestra historia, que funcione o no, que esté bien o mal, vivirlo con vos para mi es la gloria. Sin escatimar, sin darnos de más, sin acelerar, sin tirar para atrás, siempre fue así nuestro asunto, le falta de acá, le sobra de allá, retocándolo, pero siempre juntos.